Pues si, hoy cumplo cuarenta añitos, que ahí es nada...
Y estoy esperando la llamada que me hace mi madre cada año para contarme como estaba ella a esas horas hace cuarenta años. Cada año es igual, me llama y me cuenta de nuevo toda la historia, porque lo creáis o no, también hay anecdotrón con mi nacimiento.
Asi que...
Atención, atención!!! anecdotrón!!
Resulta que yo casi nazco en el ascensor del hospital ¿por qué? pues porque, cuando mi madre se puso de parto parece ser que mi padre, en lugar de llevarla corriendo al hospital, se fue a abrir la tienda, que se abría a las nueve de la mañana. Y por qué? os estaréis preguntando, no se fue corriendo al hospital con su mujer que había todo aguas y en lugar de eso se fue tan campante a abrir la tienda? muy sencillo, porque mi hermana había nacido a las doce del mediodía, y de todo el mundo es bien sabido que si una hija nace a una hora, las siguientes es evidente que nacerán a la misma hora. (Nunca llegué a plantearme en serio los extraños planteamientos mentales de mi padre)
Así que mi madre, la pobre, llego al hospital a punto de caramelo, tanto es así que mientras la subian en el ascensor la comadrona le iba diciendo ¡¡haga fuerza pa dentro que se le cae!! nada de empuje empuje!! Si fue rápido que no les dio tiempo ni de quitarle ni las medias ni los zapatos, menos mal que entonces los panties no se habían inventado y las mujeres llevaban medias de las que se sujetan con una liga, porque sino habría nacido y me habrían confundido con un atracador de bancos!!
La pobre no sólo tuvo que esperar los 23 días que me retrasé, sino que además tuvo un parto de los de película de risa, por lo menos, que no se queje, rápido fue, yo nací a las diez de la mañana.
Parece ser que nací morada (no me extraña, 23 días de más, tenía que estar ya asfixiada) y llena de pelos, vamos que era más bien feita, por mucho que siempre cuando mi madre me lo contaba enseguida añadía, ¡pero en cuanto te dio el aire te volviste guapa! pq claro, cuando una tiene 5 ó 6 años, que le digan que nacio fea pues como que no gusta, ahora ya lo tengo asumido, se ve que nací más fea que pegar a un padre.
Y aquí viene el segundo anecdotrón!!
atención atención!! Anecdotrón!!!
Parece ser que cuando ya había nacido y nos llevaron a la habitación, mi madre compartía la misma con una parturienta, es decir que estaba con las contracciones previas al parto, yo no he pasado por eso, pero si nos fiamos de las películas no es un momento demasiado agradable.
Pues la cosa es que según cuenta mi abuela muy muy ofendida, cuando entro conmigo en brazos, y se acercó toda orgullosa a la parturienta para que viera a la criatura, esta soltó en cuanto me vio ¡¡ay parece un simio!!
Podéis imaginaros la reacción de mi abuela!! creo que le desearon el peor parto del mundo! siempre que lo cuentan dicen que la mujer podía haber sido más amable pero yo entiendo a la pobre mujer, estas ahí, con contracciones, con un dolor de la leche y no estás para ostias, si te acercan un bebé morado y peludo, que parece un simio, pues parece un simio y punto.
Eso si, cuando me dio el aire me volví el bebé más bonito del mundo y sino preguntárselo a mi madre!