Niños, nunca, nunca, nunca tenéis que dar vuestros datos personales (sobretodo contraseñas), ningún banco ni sitio serio te pedirá que entres en una web y que pongas tus datos, ninguno.
Bueno, que me voy por las ramas, lo que yo venía a contaros al fin y al cabo es un Anecdotrón, esto del phishing me ha hecho recordar la bonita manera que tuvo mi padre de enseñarme que no hay que confiar ciegamente en nadie.
Anecdotrón ON
No recuerdo la edad que tendría, pero debía ser bastante pequeña.
Anecdotrón ON
No recuerdo la edad que tendría, pero debía ser bastante pequeña.
Estaba subida en el mostrador de la tienda mientras mi madre me cogía el bajo de unos pantalones y cuando terminó, mi padre que estaba allí me dijo: ¡Salta que yo te cojo!
Yo dudaba porque la altura era considerable para mi y siempre he sido bastante cobardica para estas cosas, pero mi padre insitio, ¡Salta, venga, salta que yo te cojo!
Así que yo, que tenia confianza ciega en mi padre, me armé de valor y salté esperando aterrizar en los amorosos brazos de mi padre.
Mi padre dio un paso atrás mientras yo saltaba y me pegue un buen batacazo.
Cuando llorando le recriminé que no me había cogido, su respuesta fue: Esto para que no te fies ni de tu padre.
Fue una dura lección, pero la aprendí bien.
Anecdotron OFF
Así que ya lo sabéis niños míos, no os fiéis ni de vuestro padre (por lo menos en temas informáticos)