Porque este es el segundo año que ya no lo voy a celebrar.
Porque cuando llego al final de un viaje aún sigo pensando en llamarte para decirte que he llegado bien.
Porque se me sigue encogiendo el corazón y se me humedecen los ojos cada vez que veo pasar una ambulancia.
Porque aún no he sido capaz de contarle a nadie lo que paso aquel día y no sé si llegaré a hacerlo, aún duele y siempre dolerá.
Porque sé que nunca llegaré a sacarme la espina de que si hubiera ido a tu casa por la noche y no hubiera esperado a la mañana siguiente hoy las cosas podrían ser diferentes.
Porque yo no sería como soy si tu no hubieras sido como eras.
Feliz día Papá.