21 abril 2011

Variedades del beso




No hay un orden establecido para los besos, arañazos y mordiscos, ya que se dan en momentos de excitación. Se recurre a los mismos, generalmente, antes de la unión, mientras a los golpes y gemidos durante el desarrollo de la misma. Vatsyayana sostiene, por el contrario, que todo se puede hacer en cualquier momento, ya que la pasión no conoce deferencias. Durante la primera unión conviene valerse de los mismos, con una mujer que ya sienta confianza, no demasiado abiertamente y en forma alternativa; en las siguientes, se practiquen con mucho ardor y en grupos particulares, para inflamar el deseo.
Se besa la frente, la cabellera, las mejillas, los ojos, el pecho, los senos, los labios y la boca; en Lata también la ingle, los sobacos y la zona por debajo del ombligo. A causa de la excitación, y por las costumbres locales, hay muchos otros sitios, pero no todas las personas tienen que recurrir a los mismos; es la opinión de Vatsyuyana.
Los besos de la doncella son tres: comedido, palpitante, que toca. Si ésta, casi obligada, posa su boca en la boca del otro, pero sin hacer ningún movimiento, se tiene el beso "comedido". Cuando, todavía un poco avergonzada, desea coger el labio inferior del amante, que éste ha insinuado en su boca, y hace vibrar su labio inferior, pero no lo consigue, es el beso "palpitante". Si apenas aprieta, con los ojos cerrados y tapando con las manos los ojos del enamorado, y lo toca con la punta de la lengua, es el beso "que toca".
El resto de los besos son de cuatro clases: de frente, de soslayo, vago y apretado. Hay además un quinto modo de beso "apretado": cuando se sujeta entre dos dedos el labio inferior del amante, y se le presiona con los labios abiertos en forma de copa, sin usar los dientes.
En tales circunstancias se puede iniciar un juego, que consiste en esto: gana el primero que bese el labio inferior del otro. Cuando pierde la mujer, ésta debe, con lágrimas, mover las manos, rechazar, morder, soltarse y, en caso de ser mantenida a la fuerza, discutir; proponga una nueva apuesta y, vencida de nuevo, se enfade aún más. Cuando el enamorado esté demasiado confiado o distraído, ella agarre su labio y, sujetándolo con los dientes, impida que se le escape; entonces se ría, grite, amenace, brinque, pida testimonios y dance; y, agarrándole del pelo, con la cara donde las cejas ondulan de risa y los ojos tiemblan, haga una serie de comentarios. Es la disputa de amor durante el juego del beso.
El mismo planteamiento también vale para las disputas durante los juegos de arañazos, mordiscos y golpes. A estas disputas sólo recurren los amantes ardientes, ya que les caen bien.
Si mientras la enamorada besa al hombre, le aprieta el labio superior, se tiene el "beso del labio superior". Cuando se besa agarrando con los labios, en una especie de traba, los labios del otro, es el beso "en forma de copa", que se ofrece a una mujer o a un hombre en el que aún no han aparecido los signos de la pubertad. Y en éste, si el hombre toca con la lengua los dientes, el paladar o la lengua de ella, se tiene la "disputa de la lengua". Y esto también vale cuando la boca y los dientes se agarran y se ofrecen con fuerza [o sea, las "disputas" de la boca y de los dientes].
En otras partes del cuerpo el beso puede ser, según el lugar, comedido, apretado, curvilíneo y delicado. Son los distintos tipos de beso.
Si la mujer, contemplando la cara del amante adormecido, lo besa como desea, es el beso "que enciende la pasión".
Cuando un enamorado está descuidado, o está discutiendo, o distraído con alguna otra cosa o querría dormir, el beso para quitarle el sueño [y otras causas de frialdad] se llama "que distrae".
Si él llega tarde por la noche y besa a gusto a la enamorada, que duerme en la cama, es el beso "que despierta". Por tanto, en caso de que la mujer desee sondear los sentimientos del amante, puede fingir que duerme, después de haberse enterado de la hora de su llegada.
Besar en un espejo, en una pared o en el agua la imagen reflejada de la amada es un gesto que vale para revelar el estado de ánimo. Cuando se besa a un niño, una pintura o una estatua, se tiene el beso "transferido", y lo mismo vale para el abrazo. Algo parecido tiene lugar cuando por la noche, durante un espectáculo o entre familiares, el hombre, que está junto a la amada, le besa los dedos de la mano o, si está echado, los dedos del pie. Cuando, por último, una mujer que da masajes, para mostrar al hombre su estado de ánimo, coloca el rostro en sus muslos, como si estuviera vencida por el sueño y sin ningún tipo de deseo, y se los besa, y también el pulgar de los pies, son besos "que cortejan".

Intercámbiense todas las acciones,
un golpe con otro golpe,
y por el mismo motivo
un beso con otro beso.

Vātsyāyana kāma sūtra ('Los aforismos sobre la sexualidad, de Vatsiaiana’) 




PD. Antes de que nadie se escandalice, hay que tener en cuenta que el texto data del periodo Gupta (que sucedió entre el 240 y el 550 d. C.).