11 febrero 2010

San Valentín

Ya está aquí San Valentin, las tiendas se llenan de corazones, los centros comerciales de globos rojos, las pastelerías de pasteles con forma de corazón, las floristerías de rosas y los blogs de posts echando pestes de San Valentín.

He leído de todo, desde el clásico "yo no regalo nada ese día porque yo ya le regalo a mi pareja el resto del año", a "estas fiestas comerciales impuestas no me da la gana celebrarlas", pasando por el "celebrar San Valentín ya no está de moda". De todo.

Yo no he celebrado San Valentín en mi vida, ni Sant Jordi (en Cataluña), ni Sant Dionís (En Valencía), no porque no me guste, sino porque o bien en esas fechas no he tenido pareja o cuando la tuve resulto que fui a dar con el tío más borde, rancio y despegado que pude encontrar.

Y no niego que me gustaría celebrarlo algún día, si, ¿por qué no? yo soy muy de hacer detallitos sin venir a cuento, eso nadie me lo puede negar, pero igual que celebramos la navidad o los cumpleaños ¿por qué no celebrar que estamos enamorados? No conozco a nadie que no le guste que le regalen cosas, y por mucho que uno diga y proteste se le queda igual cara de bobo cuando alguien a pesar de todo decide tener un detalle.

Ya sé que el amor se demuestra con el día a día y sobretodo con hechos, que me vais a contar a mi y que no es necesario que nadie nos imponga un día determinado para demostrar lo que amamos a nuestra pareja, aunque hay gente que ya les va bien que por lo menos existan estos días, así por lo menos "cumplen", pero yo creo que si estas enamorado no te importa celebrarlo la veces que haga falta, y no es necesario gastarse una fortuna, como se dice siempre, el detalle es lo que cuenta.

Yo sigo teniendo la ilusión de que un día de estos aparecerá el Sr. Perfecto y un San Valentín abriré la puerta de casa y me encontraré a un mensajero con un ramo de rosas rojas y una caja de bombones.