Hay tres cosas que me desde que era pequeña me dejan "empaná", es algo que no puedo evitar, es como si me hipnotizaran, me quedo como lela mirando con una sonrisa de boba.
Una son los acentos sudamericanos, yo es que es oír hablar a un sudamericano y me derrito, me encanta, sobretodo el acento venezolano, tan dulce, tan suavecito, el colombiano, el peruano, el ecuatoriano, es que me pueden, todos, que me cuenten lo que quieran, con esa forma de hablar tan pausada, tan tranquila. Tan diferente de los españoles que hablamos a grito pelao, menos los canarios, que hablan muy parecido a los venezolanos, el acento canario también me empana.
Otra cosa que siempre me ha encantado es ver afeitarse a un hombre, ya de pequeñita me encantaba sentarme en el baño y mirar como se afeitaba mi padre, es como un pequeño ritual y cada hombre tiene el suyo, unos usan espuma, otros jabón y brocha , unos empiezan por las patillas, otros desde el cuello, otros por el bigote, ninguno sigue el mismo orden, me empano viendo como se afeita un hombre, ese ruido que hace la cuchilla al deslizarse raaaaass raass, los golpecitos de la maquinilla en la pila para soltar el jabón ploc ploc ploc y lo bien que huele la espuma de afeitar mmmm y lo agradable que es tocar la cara de un hombre recién afeitado...
La tercera cosa que me empana es ver escribir a un zurdo, no tengo ni idea de por qué, de hecho creo que todos los actores que me gustan (excepto Ewan McGregor) son zurdos, esa forma que tienen tan complicada de coger el lápiz o bolígrafo o la posición tan rara que adopta la mano, ese tener que escribir al aire para no emborronar lo que escriben, no lo sé, no sé por qué, pero me ponen los zurdos.
Confieso que hay una cuarta cosa que me deja empaná, requiere una cámara de fotos, pero eso no lo cuento que no quiero más cachondeíto con el tema :P